En el corazón de la ciudad de Río de Janeiro, a pocos minutos de la mayor parte de los barros locales, está el Parque Nacional da Tijuca. Con 3.200 hectáreas, es considerado el primer gran proyecto de reforestación en el mundo.
A lo largo de los años se realizó un trabajo de transformación de la selva en un área pública de esparcimiento, con la inclusión de obras de arte y edificaciones y la implantación de restaurantes y otros servicios. En 1961, la Selva de Tijuca se convirtió en Parque Nacional, escenario privilegiado en el que la naturaleza y cultura se armonizan y complementan.
Dividido en sectores, el parque cuenta con atracciones históricas que se remontan a la época de la producción cafetalera y del imperio, como la Capela Mayrink, el Açude da Solidão y la Cascatinha. Un buen punto de partida es el Centro de Visitantes, en el Sector A (Floresta), que organiza caminatas. En el Sector B (Serra da Carioca) están los principales miradores, como la Vista Chinesa. Para los más aventureros, el Sector C (Pedra Bonita/Pedra da Gávea) es el ideal.
Bomberos: 193.
En los meses más fríos, lleve un abrigo, preferiblemente resistente al agua (impermeable).
Recuerde llevar agua, protector solar y comidas ligeras.
Contrate a un guía con experiencia y que siga las normas básicas de seguridad.
Entrada gratuita.