Arte, historia y cultura en Río

El Centro Histórico de Río de Janeiro está lleno de viejos edificios, pero conservados por el tiempo. Rodeada por la conocida Avenida Rio Branco, Cinelândia (como se conoce popularmente a la Praça Floriano, bien en el centro de la Ciudad Maravillosa) conserva estructuras como el Cine Odeon, inaugurado en 1926; la Biblioteca Nacional de Brasil, cuya fundación tiene 206 años; el Teatro Municipal, que comenzó a funcionar en 1909; además del antiguo Supremo Tribunal Federal, de cuando Río de Janeiro era la capital de Brasil.

Tome la Avenida Rio Branco hasta el Largo da Carioca, donde se encuentra el Convento de Santo Antônio, edificio de un importancia histórica incalculable. Junto a la iglesia de la Ordem Terceira de São Francisco da Penitência, forma uno de los más antiguos e importantes conjuntos coloniales que aún permanecen en la ciudad de Río de Janeiro. Cerca de allí, la Iglesia da Candelária es otro punto importante e indispensable del paseo. Su construcción se produjo entre 1609 y 1811.

Barrio típico de Río de Janeiro, Santa Teresa nació en el siglo XVIII, en las inmediaciones de un convento, y ocupa una colina en el corazón de la ciudad. Símbolo de las artes plásticas, el barrio tiene decenas de talleres, y en sus estrechas calles pasan los viejos tranvías, que en Brasil circulan solo en Río y en la ciudad de Santos, en el estado de São Paulo.

El tranvída e Santa Teresa mantiene el mismo padrón desde su fundación y sus características externas fueron declaradas como patrimonio por el Gobierno Estatal en 1983. El trayecto inicia en el Centro de la ciudad, pasa por arriba de los Arcos de Lapa y sigue por las laderas del barrio, por puntos como el Parque das Ruínas, mirador que tiene una vista increíble de Río de Janeiro.

Abierto al público, el parque fue lo que restó del Palacete Murtinho Nobre, donde vivió Laurinda Santos Lobo, mecenas que reunía a intelectuales y artistas a inicios del siglo XX. El Palacete fue uno de los puntos más efervescentes de la vida cultural carioca hasta la muerte de la anfitriona en 1946.

El Jardín Botánico es, además de una de las zonas verdes mejor conservadas de Río de Janeiro, hogar de monumentos muy valiosos desde el punto de vista artístico y arqueológico. La historia del lugar comienza en 1808, cuando la corona portuguesa se trasladó a Brasil.

En el Centro de Visitantes se puede percibir el peso de la historia contenida en el Jardín Botánico. La arquitectura antigua alberga exposiciones de arte y es donde se puede solicitar una visita guiada, además de otras informaciones en varios idiomas. No sea tímido.

Las hileras de palmeras imperiales, planta antillana cuyo primer ejemplar en Brasil fue plantado en el Jardín por Dom João VI, en 1809, llevan los nombres de exdirectores del Jardín Botánico, la mayoría de ellos del siglo 19. En el centro de ellas, se encuentra uno de los edificios más bellos: el Chafariz das Musas, que consta de dos cuencas y fue fabricado en Inglaterra. La estructura no llegó al Jardín Botánico hasta 1905. Otra construcción de valor histórico es el Acueducto da Levada. Declarado patrimonio en 2005, es muy antiguo, data de 1853, y fue construido para llevar agua a los jardines.

El Solar da Imperatriz está conectado con el antiguo Engenho de Nossa Senhora da Conceição, de 1575. Junto con otras 50 granjas componían el extenso latifundio colonial, el primero de la entonces Capitanía de Río de Janeiro. Finalmente, la Casa dos Pilões es un centro arqueológico de fabricación de pólvora.

Inaugurado en 1948, el Museo de Arte Moderno es una de las más importantes instituciones culturales de Brasil y tiene una ubicación privilegiada en la ciudad de Río Janeiro. El edificio está instalado en medio de jardines en el relleno de Flamengo, muy cerca del Aeropuerto Santos Dumont y del centro de la ciudad.

El acervo tiene cerca de 6.500 obras, entre pinturas, esculturas y grabados. Se destacan la colección Joaquim Paiva, con 2500 imágenes de fotógrafos de 22 países, y la colección Gilberto Chateaubriand, con obras de Anita Malfatti, Carlos Vergara, Di Cavalcanti, Djanira y otros.

Al final del paseo, vaya a Ipanema, que está cerca del Jardín Botánico. Más irresistible que la musa que inspiró a los compositores Vinícius de Moraes y Tom Jobim, el barrio es un punto de encuentro famoso de Río de Janeiro. Sofisticado y con una intensa vida nocturna, combina playa, bares y tiendas.