Buceo en el litoral paulista

Cuando mencionábamos lo de sumergirse en las bellezas de la región, lo decíamos litralmente sobre algunos de los destinos que aquí mencionamos, como el Parque Estadual Marinho Laje de Santos.

Para llegar a este lugar, a 25 millas náuticas de la costa, lo que equivale a 45 km, solo en barco. Pero el desplazamiento merece la pena. Considerado uno de los mejores puntos de buceo del estado de São Paulo, impresiona por la visibilidad, que puede llegar a 35 m bajo el agua. Y revela una grandiosa naturaleza marina, con tortugas, peces, algas y, a menudo, delfines, ballenas y hasta pingüinos. El agua por allí es fría, entonces, no se olvide de llevar trajes aislantes.

Al regresar a la ciudad, podrá pasear por la costa de la playa y sus 7 km de costa contornada por jardines, árboles y parterres. Y aprovechar para probar delicias preparadas al momento en uno de los diversos restaurantes locales. O aprovechar para visitar el Acuario Municipal, principal punto turístico de Santos, que abriga a cerca de 150 especies de la fauna acuática, como tiburones, rayas, tortugas, leones marinos e incluso peces amazónicos, como pirarucu y tucunaré.

São Sebastião está ubicada enfrente a la paradisíaca Ilhabela, pero se equivoca el que piensa que esta es la única razón para visitar el municipio.

Si busca agitación, la encontrará en la famosa Praia de Maresias. La favorita de jóvenes y surfistas, cuenta con una excelente infraestructura de quioscos y bares, abiertos hasta la madrugada, y excelentes olas, que hacen de este lugar escenario de campeonatos internacionales del deporte.

Por otro lado, si busca tranquilidad, tampoco se quedará desamparado. La Praia de Juqueí está ubicada entre el azul del mar y el verde de la Mata Atlántica, en un escenario paradisíaco de aguas plácidas, ideal para familias con niños, que también pueden aprovechar la buena variedad de restaurantes locales. La mayor parte de la playa es plácida, excepto la parte derecha, que tiene olas fuertes, buenas para el surf.

Para llegar a Ilhabela, hay que tomar una balsa que sale de São Sebastião. Las embarcaciones salen cada media hora, de 5h30 a 23h30, y el viaje es rápido, tarda tan solo 15 minutos.

A los buceadores les gustarán sus muchos puntos ideales para observar la vida marítima. La Ilha das Cabras es uno de esos puntos. Ubicada en el Santuario Ecológico Submarino, revela al explorador una enorme diversidad de fauna y flora subacuáticas, como corales, caballos de mar, esponjas, anémonas y decenas de especies de peces. Y de intervenciones humanas, como la estatua de Neptuno, a 7 metros de profundidad, y restos de naufragios que ocurrieron en este lugar. Todo eso colabora para formar un lugar único, que merece la pena visitar.

La Cachoeira do Gato es otra perla de Ilhabela, ideal para quienes no se cansan de pasear por la Mata Atlántica. Para llegar allí, hay que enfrentar un sendero de hora y media, que sale de la Praia de Castelhanos y avanza hasta la cascada de 50 m y las piscinas naturales formadas por esta cascada. Allí no deje de tomar un vigorizante baño de agua pura y fresca. Y de aprovechar ese privilegiado contacto con la encantadora naturaleza de la región.