Ciudades que parecen haber salido directamente del túnel del tiempo

Algunas ciudades brasileñas conservan hermosas arquitecturas históricas, llevando al turista a otros tiempos.

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Brasil tiene poco más de 500 años de historia, pero aún así tiene mucho para contar. Algunas pequeñas ciudades hablan por sí solas: la historia está impresa en las paredes, las calles, las fachadas de las casas, en las iglesias, ¡sí, iglesias! Como la colonización brasileña también estuvo a cargo de los padres jesuitas, muchas ciudades han nacido alrededor de las iglesias que se fundaron en el país. Algunas de esas ciudades conservan tan bien su construcción histórica que pasear por ellas es conocer un poco más de la historia de Brasil. Conozca 4 de ellas.

1. – Rio de Janeiro

Con calles hechas de piedras “pé de moleque”, Paraty desacelera al caminante. Tal vez sean las ganas de ver la ciudad en sus mínimos detalles. Este pavimento es parte del escenario de Paraty desde el siglo XVIII, diseñado para que las mulas cargadas de oro o café no se enterrasen en días de lluvia ni levantasen polvo en los días soleados.

La ciudad es Patrimonio Nacional, siendo una bella muestra del período colonial brasileño. Fundada alrededor de la iglesia Nossa Senhora dos Remédios, sus casas e iglesias expresan el estilo de época de un Brasil de antaño. Misteriosas marcas geométricas en fachadas de casas revelan la fuerte presencia de la masonería en los viejos tiempos.

En el centro histórico se camina (los automóviles están prohibidos) y se puede acceder a comercios, tiendas, posadas y restaurantes, además de ponerse en contacto con expresiones artísticas y culturales muy intensas.

2. Trancoso – Bahia

Trancoso puede ser famoso por sus playas, pero es en el centro histórico que la ciudad se llena de vida con el ir y venir de los turistas, los juegos de los niños y el activo comercio.

Fundado en 1586, siglo del Descubrimiento de Brasil, Trancoso era una aldea jesuita. De ahí que el centro sea justamente en la Praça da Igreja São João, enmarcado por casitas de colores y almendros, también llamado simplemente “cuadrado”. Cuando vaya a la ciudad, no deje de apreciar la vista del mirador que se encuentra justo atrás de la iglesia. ¡Es maravillosa!

3. Ouro Preto – Minas Gerais

Cuando, a fines del siglo XVII, se corrió la noticia de los yacimientos de oro en la montaña de Ouro Preto, una corriente migratoria ingresó a Brasil en busca de prosperidad. Y allí fundaron una obra maestra de la arquitectura colonial brasileña. Ouro Preto tiene una arquitectura barroca típicamente brasileña, en la que Aleijadinho y Athayde son sus principales artistas.

La prosperidad de la época quedó impresa en los caserones, en las imponentes iglesias y museos, hoy en día muy visitados por los turistas. Las calles también son de piedras: adoquines, colocados uno por uno, que lo conducen por un camino lleno de historia y cultura por el interior de Brasil.

4. Pirenópolis – Goiás

Saliendo de Minas Gerais, podemos entrar aún más al país. En el estado de Goiás encontramos una simpática ciudad enclavada en el medio de una naturaleza exuberante. Pero se equivoca el que piensa que Pirenópolis es tranquila. La ciudad es el centro de eventos culturales y recibe a miles de turistas todo el año, en busca de sus centros balnearios llenos de cascadas.

El centro histórico está lleno de iglesias del siglo XVIII, museos y mansiones de colores que revelan en cada puerta una sorpresa gastronómica, artística o cultural. La Igreja Matriz es el mayor y más antiguo monumento histórico del estado de Goiás, uno de los puntos que garantizan bellas fotografías.

El pavimento de Pirenópolis, al igual que el de las ciudades anteriores, también está hecho de piedras, por lo que las mujeres, sin duda, renuncian a los tacones altos mientras recorren la ciudad. Otra costumbre está muy bien conservada en la ciudad: casas con grandes patios, cada uno con su propia huerta. Con suerte, a mediados de septiembre, podrá probar jabuticaba directamente del árbol, una fruta absolutamente deliciosa, apreciada por casi todos los que la probaron.